La fotografía puede tener más
poder emocional que la imagen en movimiento. Una simple imagen puede concentrar
tanta emoción y noción de movimiento y realidad que lo que haría una película.
Tal vez es más difícil tomar una buena fotografía que realizar una buena
película ya en una foto radica un discurso tan grande; o incluso más grande,
del que radica en una película de 70 minutos (O de 7 horas).
Es para mí una gran satisfacción
encontrarme con que en la inauguración de la especialización de fotografía de nuestra universidad se halla
encontrado una serie de exposiciones que comprenden muy bien mi ponencia
inicial y en las que el espectador; sea cual sea su dimensión cultural, puede
sentirse atraído y comprender cada uno de los temas expuestos en cada ensayo fotográfico.
La fotografía es un horizonte de
la razón, de la razón a la que llegamos por uso de la ética. Cada expositor
tenía una noción de ética compleja con la que realizaron sus exposiciones. Ni
una sola cercana al morbo, todas con una razón de ser y con la visión justa de
un artista o implemente de alguien que quiere dar a entender como comprende su
entorno. La razón de la fotografía e un nuevo horizonte para la mente cuando se
ejecuta con presión y con noción de lo ético, y cuando habla de lo ética hago
referencia a la manera correcta como deben ser mostradas las cosas a un
espectador para que comprenda lo expresado sin transgredir su moral personal.
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