Comparto la opinión de Thomas Hobbes de que el hombre es un lobo para el hombre.
En base a esta premisa superficial (digo yo) planteo el siguiente comentario:
En cuanto se escucha al pueblo como un solo ente se supone un acuerdo común para preservar un orden. Nos recuerda a la postura del contrato social de Rousseau. Sin embargo, hemos de considerar a los eventos que nos rodean como modelo de investigación. Y, ya que estos eventos son en mayoría de carácter vandálico en pequeña y gran escala, como da a conocer la exposición "Prohibido olvidar", entonces planteo que el supuesto orden social es sólo un tapadero para evitar que los unos nos comamos a los otros.
Esta política, no carece, sin embargo, de ética. Puedo plantear, por ejemplo, como dirigente, que un dispositivo de poder será la individualidad que cada quien tendrá que defender. He aquí mi forma de entender la dignidad de Savater: no dejarse devorar por el Estado. Las ofrendas (las otras personas) son más bien los que alteran el orden social. En cuanto lo transgreden, deben ser eliminados. Buscar un ejemplo es sencillo: veamos la masacre de las Bananeras o la historia de Siria. Por último, el Estado sí respeta una facultad del hombre: la de comerse, sea económicamente, o sea socialmente. Los grupos sociales deben poder absorber al individuo para que no halla cuestionamiento al poder democrático.
En síntesis, no me convence la propuesta del estado benéfico de Savater fundamentalmente por su aplicación (fallida) históricamente.
Recibido y revisado. Aunque algo confusa valoro la reflexión propia
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