Prohibido olvidar es un nombre muy fuerte, es un llamado a la memoria, al
alma y sobre todo al sentido común, sin embargo dentro de la exposición
encontré que tal vez el llamado no fue muy eficiente que digamos, sobre todo al
acercarme a leer las notas de la gente sobre la obra interactiva de la silueta
negra sobre fondo rojo, frases como "Fuck God", "Paolita estuvo
aquí" e incluso el número de contacto de un chico que clamaba ser el
próximo super actor del país me hizo pensar en que mucha de la gente que fue
fueron chicos de colegio o de universidad que únicamente fueron para cumplir
con la asignatura. Nada como una dulce ironía para empezar el día.
Conté con la suerte de tener una visita prácticamente guiada y gracias a eso
pude tener un contexto mucho más claro tanto de los artistas como de las obras.
Dos de las que más me llamaron la atención fueron Niños de Chocolate y
(obviamente) la de los huesos (y aprovecho aquí para disculparme por mi pésima
memoria y falta de planeación al no pensar en tomar nota), la primera por la
ironía de hacer una obra en protesta a los niños que trabajan como esclavos en
las plantaciones de cacao precisamente con chocolate, y la segunda porque,
hombre, son huesos humanos.
Esto me trajo a reflexionar un poco sobre la potencia de la elección del
material, y hasta qué punto puede jugar en contra de la obra tanto por
contradictorio como por controversial, y es que me pongo a pensar, ¿Hacer una
obra en chocolate protestando contra la esclavitud en las plantaciones de cacao
no es como lo mismo que conducir un auto viejo a una protesta en contra de la
contaminación del medio ambiente? entiendo por qué lo hizo, no digo que no,
pero considero que tal vez desmerita un poco el mensaje que se quiere
transmitir. En cuanto a los huesos humanos si quedé un poco más perdida, tal
vez porque lo primero que se me vino a la mente fue ¿Y qué diría la familia de
una de las victimas desaparecidas de los falsos positivos al ver la obra?
Si bien es cierto que toda la exposición, aunque pequeña, fue bastante
interesante (siendo mis favoritas personales Humanos Derechos y el Árbol
Genealógico) las dos obras que mencioné anteriormente, sobre todo la de los
huesos me hace preguntarme sobre ¿hasta qué punto el arte puede tomar mano de
los elementos para expresarse? ¿Cuándo lo políticamente incorrecto comienza a
ser un limitante justo para el artista? ¿En qué momento el material del arte
puede eclipsar el mensaje? y es que dejando un poco de lado el tema de la
violencia (que ha sido tratado una y otra vez desde distintas disciplinas)
pienso que el artista tiene el peso del mundo sobre sus hombros cuando toma
ciertas decisiones, y vale la pena sopesar los pros y los contras de cada una
de ellas.
Recibido y revisado.Interesante cuestionamiento a la exposición y a los métodos del artísta.
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