Fernando Savater
Es muy común adjudicar a una mala administración política, la falta de valores éticos por parte de las cabezas administrativas de un gobierno y del texto de Savater me parece relevante la reflexión que hace acerca de la crítica ciudadana al servidor público en general, dada la importancia que tiene dicho ciudadano en la elección de dichas cabezas líderes en una democracia como la nuestra.
Al contrario de la moral, la ética atañe al individuo en relación con los demás, por lo tanto se puede hablar de cultura ciudadana. Esto me hace pensar en un derecho del ciudadano cuyas características de deber parecen a veces ser olvidadas; el voto. Es triste ver como las estadísticas revelan la baja apropiación del ciudadano de un derecho que en otras épocas parecía ser algo imposible de alcanzar, la elección de los gobernantes. Es desesperanzador ver como la desconfianza ciudadana o el desinterés por informarse más allá de la publicidad televisiva, atenta contra los núcleos éticos fundamentales propios de una democracia, según el texto de Savater. La autonomía, la inviolabilidad y la dignidad del individuo se ven violentadas por el mismo individuo que se rehúsa a participar en la elección de sus dirigentes, poniendo en peligro el bienestar del grupo.
“En una democracia políticos somos todos” cita Savater reclamando a aquellos inconformes cuya única posición política está en criticar al gobierno sin siquiera informarse a la hora de votar, por ejemplo. Es el obrar por convicción el primer paso para comenzar una formación de valores éticos más coherentes y correctos, pues involucra los intereses propios en relación al entorno que lo rodea, así que el informarse, el tomar una posición y el defenderla son hábitos por convicción y por lo tanto éticos que en una democracia, pueden abogar por un manejo político más acertado.
Aunque una reflexión superficial valoro el ejercicio personal u publicación oportuna
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