Para Fernando Savater el concepto de democracia se transforma a través de la historia, es decir que se redefine cada cierto tiempo. La democracia como se conoce hoy tiene como eje central una ética laica y universal.
La ética no es, como muchas veces se piensa, una especie de panacea universal para resolver todo tipo de conflicto en cualquier campo valorativo, es mas bien una actitud, una reflexión individual sobre la libertad propia en relación con la de los demás. Es la reflexión del sujeto que se sabe libre y lo que hace con su libertad. Allí se encuentra una gran diferencia entre la moral y la política, la primera es una reflexión del sujeto y de la calidad de su actuar, en cambio, la segunda se refiere a la función y el comportamiento de grupos humanos.
En tanto que la ética se preocupa por lograr mejores personas y la política, mejores instituciones, no hay una relación directa entre la una y la otra. Sin embargo, si existe una vía de reflexión en el momento en el que elegimos y votamos pues en este caso se utilizan desiciones éticas. Un mundo político idílico no descartaría los dilemas morales, aún el ser humano seguiría preguntándose y cuestionándose sobre su libertad.
Hablando ya, de que la ética es siempre de la persona, Savater expone la importancia de la otredad y el cara a cara en la ética, cada uno debe ser reconocido por el otro en su humanidad y tiene que conocer la humanidad de los demás para que a su vez puedan reconocer la suya, "los humanos nos hacemos humanos unos a otros".
En el momento en el que priorizamos la relación sujeto-objeto por encima de la relación sujeto-sujeto, somos nosotros mismos, los seres humanos, los que nos estamos mutilando nuestra propia humanidad. La ética no es más que recordar que una relación con otro sujeto es más enriquecedora para el ser humano que cualquier relación con algún objeto.
No hay que olvidar que se es individuo carnal pero también individuo social, por lo que no se puede prescindir de las obligaciones y vinculaciones sociales a las que la ética nos enfrenta. Uno es individuo porque interpreta la dimensión corporal y la dimensión social desde su propia libertad y responsabilidad.
Tres núcleos de la ética:
La inviolabilidad de la persona:
Principio ético que se introduce en el ordenamiento democrático, se refiere a que "la persona tiene derecho a no ser sacrificada, ofrecida en holocausto, simplemente porque eso beneficiaría a alguien o algo."
La autonomía de la persona:
"La persona tiene sus propios planes y debe de tenerlos, debe tener sus propias posibilidades de buscar la excelencia, a su modo, sin necesidad de que todo el mundo se pliegue a un solo plan de vida establecido." Este concepto está vinculado muy estrechamente con la toleracia, "la capacidad de, pudiendo impedirlo o pudiendo utilizar a otros, permitirles que se comporten de un modo que nos desagrada." "LA TOLERANCIA ES APRENDER A CONVIVIR CON COSAS QUE NO TE GUSTAN. VIVIR EN UNA DEMOCRACIA ES VIVIR RODEADO DE COSAS QUE LE FASTIDIAN A UNO, QUE EN OCASIONES NOS TIENEN QUE DOLER, PERO ESE ES EL SÍNTOMA DE QUE UNO ESTÁ VIVIENDO REALMENTE UNA DEMOCRACIA, CUANDO NO ESTÁS TOTALMENTE A GUSTO."
La autonomía vinculada a la tolerancia es otro principio ético que se introduce en el ordenamiento democrático.
La dignidad de la persona:
Cuando desaparece la dignidad genealógica, heredada, surge la reclamación de cada individuo, de todos los individuos libres e iguales, a su propia dignidad a ser tratados de acuerdo con sus méritos o deméritos y no de acuerdo a su origen, raza, sexo, etc. Todo aquello que escapa a la capacidad humana de libertad, no debe ser tenido en cuenta en la reclamación de la dignidad.
El individualismo es, como muchos no creen, la ayuda que se le brinda a aquellos menos favorecidos en la búsqueda de una autonomía individual, que por falta de determinados mecanismos como educación e higiene, les es difícil alcanzar.
Savater concluye con la afirmación de que la ética es proyecto infinito pues es la construcción de una humanidad por parte de los seres humanos, una construcción en la que se debe participar tanto en el ámbito individual, como en el ámbito social.
Una sintesis minuciosa del texto de Savater, faltó trascender la descripción y proponer una reflexión propia.
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