jueves, 9 de abril de 2015

JUAN CAMILO MORALES BENAVIDES
ÉTICA Y CULTURA

MEMORIA INDIVIDUAL Y MEMORIA COLECTIVA

Hablar de memoria es hablar de identidad y de eso no hay duda, alguien no es lo que es sin todo su pasado a sus espaldas y aunque es verdad que los recuerdos son propios, particulares e intransferibles (de no ser por el relato), estas acciones, sucesos y circunstancias que quedan impregnadas en la persona son estrictamente externas, son de lo que sucede alrededor, lo que pasa en el contexto en el que el sujeto se desenvuelve; no es posible recordar algo interno y totalmente privado que no tenga que ver con nadie ni nada del entorno en el que uno se desenvuelve, un ejemplo podría ser el de una enfermedad, algo tan privado y ligado a alguien como lo es una afección con “x” motivo.

Si se trata de recordar algún padecimiento de estos, uno no recuerda los procesos internos que la hacen tan personal y tan de uno, como las células en detrimento, o los procesos inflamatorios internos del sistema inmune, sino que por el contrario, uno recuerda es lo externo de esta enfermedad: el médico relatando qué es lo que pasa, las imposibilidades para desenvolverse en sus actividades diarias, los medicamentos que se debían tomar, entre muchas otras cosas.

Ahora bien el médico es algo externo, es otra persona ajena a uno, con su propia historia y por lo tanto con su propia memoria, lo mismo las personas que se verán afectadas por el cambio en la rutina del enfermo, o los medicamentos y todos quienes hay detrás en su producción y entrega. Por lo tanto, lo que sería un recuerdo muy personal e individual como “mi enfermedad” está ligado a un montón de personajes y circunstancias que hacen que esto individual sea necesariamente a la vez colectivo, porque uno no es en sí mismo y por algo la sociedad se ha establecido, en su propio proceso evolutivo, como lo ha hecho.

Es por eso que el problema que Paul Ricoer plantea en su capítulo Memoria Individual y Memoria Colectiva de su libro Memoria y Olvido, radica entre si la memoria colectiva se puede legitimar o es simplemente palabrería utilizada por los nacionalismos extremos. Sin embargo, ¿cómo sería posible la identidad de un persona (entendiendo por identidad la suma de sus memorias) sin tener en cuenta su contexto? si a mí, por ejemplo, me piden que me defina yo diría que me llamo Juan Camilo Morales, que tengo 23 años y que soy colombiano; en esta definición, que la hacemos a diario e incluso sin darnos cuenta, implicamos numerables cosas que no podrían definirse simplemente como individualismos, porque hasta incluso mi apellido, tiene implícita toda una historia colectiva, la de una familia, y hablar de una nacionalidad, pues implica toda una cultura y una historia que no es propia sino que nutre a la propia, es incluso gracias a esa colectividad que yo tengo mi propia individualidad supuesta.

Ricoer lo dice de esta manera: “memoria colectiva es el conjunto de huellas dejadas por los acontecimientos que han afectado el curso de la historia de los grupos implicados que tiene la capacidad de poner en escena esos recuerdos comunes…” y son esas huellas las que afectan a través del tiempo a las personas y determinan los contextos en que estas personas generan sus recuerdos.

Con razón  la necesidad de colombia, en este proceso de paz, de generar una memoria colectiva; dice Sergio De Zubiría en su ensayo Dimensiones políticas y culturales en el conflicto colombiano: “En primer lugar, en medio de la persistencia del conflicto social armado, se realizan ingentes esfuerzos por lograr una solución política reflexiva, permanente y consensuada. En segundo lugar, la Mesa de conversaciones de La Habana ha conformado una Comisión Histórica, que intenta construir una memoria plural y democrática sobre los orígenes, causas e impactos de ese largo conflicto en la población”.

Para poder seguir con un proceso de estos hay que mantener el “pasado en el presente” o sea, recordar, justo como lo dice Ricoer, y es de esta manera, generando una conciencia colectiva, una “personalidad de rango superior” que sea capaz de recordar, de hacer memoria y así mismo luchar para sacar una meta como la propuesta por el país, porque de empezar con individualismos, con memorias individuales, se corre el riesgo de recaer en el egoísmo, y así fue como toda esta ola de odio y guerra empezó.

Bibliografía
  • Ricoer, Paul. La lectura del tiempo pasado: Memoria y Olvido. Ed Universidad Autónoma de Madrid. 1999
  • Zubiría, Sergio. Ensayo: Dimensiones políticas y culturales en el conflicto colombiano. Tomado de: https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/Informe%20Comisión%20Histórica%20del%20Conflicto%20y%20sus%20V%C3%ADctimas.%20La%20Habana%2C%20Febrero%20de%202015.pdf

1 comentario:

  1. Me parece un comentario sugerente sobre la memoria y el olvido a partir del texto de Ricoer, plantea un análisis en distintos niveles identidad, recuerdo, memoria colectiva

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