¿Quién es
el otro entonces?
En el primer
capítulo del libro el autor nos introduce a la perspectiva del hablar de otro
ser desde experiencias que tuvo en sus viajes a África reflexiona y nos hace poner en juicio quién es
el otro, nos pone en cuestionamiento si es en verdad posible mirar y observar
al otro desde una mirada neutra o si la cultura en la que nos encontramos
inmersos hace que sea imposible mirar desde un punto de vista que no sea
subjetivo al otro, al indígena, al negro al hindú al inglés al japonés
Nos
muestra que es natural que la cultura tenga cierto carácter y también es
característico de las culturas intentar meterse en otras ya sea por conocer o más
que todo para subyugar ciertas culturas, el plantea entonces dos interrogantes
para esto, ¿cómo es que lo característico del individuo humano sea introducirse
en una cultura que limita su existencia singular? y de esta manera entonces
surge una pregunta fundamental acerca de ¿Qué
es lo específico de una cultura que la hace particular?
El
responde pues a estas preguntas tomando como precepto la alienación social en
la que cada cultura debe tener una marca singular y particular diferenciando los seres de otras
culturas y haciéndoles sentir pertenecientes.
Sin
embargo el autor reflexiona sobre ello dejando como punto clave el que por más
que se tenga una marca las conductas no son marco de lo social, es decir que la
cultura no significa necesariamente una imposición social sin embargo sus
prácticas son determinantes de la sociedad en la que se vive
De esta
manera también llega a plantear que la misma cultura, determinante social,
también es la que juega un papel importante en la diferenciación de clases
sociales de cultura a cultura, desde el esclavo hasta el rey pone el autor como
ejemplo.
Plantea
entonces el papel que juegan los etnólogos y sus planteamientos, hace
referencia a la difícil tarea que se encuentra en él ser etnólogo y la poca
probabilidad que hay entre la formulación de una hipótesis sin fijar los
preceptos culturales que posee como ser. Pone como ejemplo el encuentro con
culturas que no tienen una concepción de ideas religiosas formales o de
culturas que poseen un alto grado de reflexión sobre el otro, pero que resulta
inentendible.
Plantea
al individuo como un ser que encuentra en las diferentes relaciones la
formación de sociedad y es allí donde define al individuo como la suma de
relaciones y experiencias pasadas que forman sus preceptos y conjuran la
concepción de sociedad que cada individuo tiene.
Los fenómenos culturales y sociales hay que
verlos globalmente ya que siempre se miran parcializados desde una sola mirada
haciendo de la etnología un proceso vertical y poco objetivo.
Habla entonces de la otra etnología que a
pesar que intenta tener ciertas formas más globales de observación termina
siendo junto a la otra etnología una sola etnología, y es así como la visión
subjetiva de los individuos termina reconociendo a cada uno como parte de un
todo social, formado en un ámbito de relaciones y experiencias determinados en
gran medida por la cultura y sus procesos de creación particulares de cada una.
Un texto de esta extensión hay hacerlo visualmente más agradable para el lector.
ResponderEliminarRecibí y revise copia impresa, aquí agrego los comentarios.
Para la próxima basta con la versión online de los ejercicios.
El texto es muy buen ejercicio de síntesis, recoge y reflexiona sobre varios de los conceptos que plantea Augee.