Hay que partir de asumir que en la imagen y el sonido, en los
cortes, en las entrevistas, en las narraciones, en lo que está y en lo que no, el
realizador está asumiendo una ética, que puede ser más o menos evidente, pero
que es clave en la comunicación con el espectador.
Y teniendo en cuenta que comparto en gran medida los
comentarios de Nichols a lo largo del capítulo, y que éste guarda una relación
evidentemente directa con los documentales Impunity y Falsos Positivos, decidí
centrarme en una apreciación de Nichols que me llevó a pensar nuevamente en una
idea que alcancé a desarrollar un poco en clase. Dice Nichols:
“La cuestión que se
le plantea al espectador, por tanto, no es qué tipo de mundo imaginario ha
creado el realizador sino cómo se ha portado éste con respecto a
los segmentos del mundo histórico que se han convertido en
escenario de la película. ¿Cuál es el lugar del realizador? ¿Qué espacio ocupa
y qué política o ética es inherente al mismo?”
Y desde la teoría yo comparto el planteamiento de Nichols,
pero cuando me voy al mundo real siento que el discurso se queda un poco en lo
académico, en una reflexión ideal que en el día a día yo no encuentro que se
cruce por las cabezas de las personas. Lo digo porque lo que yo he escuchado
muchas veces en las calles es algo como “sí, salió en televisión”, y esa
afirmación es como si implicara un grado de verdad y objetividad gigantesco. Lo
que quiero decir es que a muchos espectadores nunca se les cruzan por la cabeza
las preguntas que plantea Nichols, muchas veces las personas ‘absorben’ el audiovisual de manera ‘pasiva’, sin
excesivo interés ni cuestiones personales, simplemente recibiendo la
información, recibiendo afirmaciones, que después de ser dichas muchas veces
llegan a ser asumidas como ciertas por el espectador, se le va formando un pensamiento
sin que él se lo haya cuestionado jamás.
Y ese hecho es peligroso, bien conocido y ejemplificado a lo
largo de la historia, lo encontramos desde los documentales de propaganda hasta
en los noticieros. Y el trabajo de teóricos como Nichols es entender y tratar
de sistematizar las posiciones éticas desde las que ‘hablan’ los realizadores. Pero
para algunas personas el audiovisual es más como un campo de batalla, van a
combatir tratando de transmitir ideas y emociones al espectador, y desde la
academia podemos juzgar a ambos ‘bandos’ por incurrir en ‘faltas éticas’, como ejemplo los dos documentales nombrados y
la editorial de RCN noticias, pero al final todo eso parece quedar en la
teoría, en la vida real del audiovisual encuentro que son más las veces que el
fin justifica los medios.
Unas muy ingeniosas reflexiones, la definición de ética del realizador, la relación entre el texto de Nichols y los documentales, así como la vinculación escéptica con la vida real
ResponderEliminarme parece una buena reflexion, pero en este comentario quisiera hablar de el siguiente parrafo que me llamo la atencion dentro de loque escribio:
ResponderEliminar"Lo digo porque lo que yo he escuchado muchas veces en las calles es algo como “sí, salió en televisión”, y esa afirmación es como si implicara un grado de verdad y objetividad gigantesco. Lo que quiero decir es que a muchos espectadores nunca se les cruzan por la cabeza las preguntas que plantea Nichols, muchas veces las personas ‘absorben’ el audiovisual de manera ‘pasiva’"
y me llamo la atención porque creo que aunque si es cierto que mucha gente no se sienta a analizar detalladamente el trasfondo de una obra audiovisual, creo que esto no significa que no piensen ni siquiera un poco en lo que quiere decir la obra, entonces me parece que suena raro eso de que se diga que las personas ven las cosas de forma "pasiva" porque creo que nunca un espectador "absorberá" una obra sin guardar algo de ella para si, incluso si estas personas están viendo de esos programas de RCN y caracol que son tan criticados y que usted menciona, porque por ejemplo, una persona puede estar viendo alguna narconovela y si pasa que este tipo de historias pueden influenciar y crear una imagen positiva de los delincuentes, pero siempre se busca así sea en cantidades mínimas, entregar la idea de que este tipo de negocios no pagan y terminan destruyendo al país, y aunque hay personas que toman lo malo de estas novelas, creo que de igual manera son mas las que reciben este mensaje en contra de la delincuencia, y aunque el espectador este tomando las ideas malas, esto ya es una prueba de que el espectador nunca es tan "pasivo" como para solo ver una obra audiovisual y simplemente no guardar ni entender algo de dicha obra.